viernes, 18 de noviembre de 2011

REFLEXIÓN DE FINAL DE CAMPAÑA

Llegamos al final de la campaña electoral después de quince días de escuchar machaconamente a los dos partidos mayoritarios prometiendo aquello que no han sabido, o peor, no han querido hacer mientras estaban en el gobierno.
Los dos candidatos, Rubalcaba y Rajoy, han estado en el gobierno.
Todos hemos visto como criticaban leyes que ellos derogarían cuando llegaran al gobierno.
Al PP le parecía escandaloso que se cediera el 15% del IRPF a las autonomías en el 93 y Aznar le cedió el 30% en el 96.
La Ley del Suelo de 1998 es una aberración y parte del problema que hoy tenemos, pero pese a criticarla ferozmente cuando el PSOE llegó en 2004 tampoco la derogó.
El PP ha hecho cuanta leña ha podido con las reformas, léase recortes, emprendidas por este gobierno ha partir de mayo de 2010, pero lo cierto es que con sus ausencias o sus abstenciones propició su aprobación.
Durante el mes de agosto y septiembre hemos asistido a la mayor mascarada que puede haber en democracia, Rubalcaba y Rajoy poniéndose de acuerdo para que nuestra Constitución dé prioridad a los mercados sobre los ciudadanos, por supuesto la reforma no han llevado aparejada una consulta al pueblo español.
Por tanto la conclusión es que no son más que dos caras de una misma moneda.
Ellos como la mayoría de los gobernantes europeos se encuentran plegados al dictado de los mercados y nos llevan, si no somos capaces de pararlos, hacia un modelo de gobierno donde la cesión de poder a entes no democráticos, BM, FMI, BCE, es cada vez mayor. Con casos como el de Grecia e Italia, vemos como esos entes supranacionales tienen poder para cambiar el gobierno de una de las mayores economías del mundo como es Italia, para colocar a dedo y sin previo paso por las urnas a un “salva patrias”. Según teníamos entendido cuando se quitaba un gobierno democráticamente elegido para imponer otro de personas no elegidas por su pueblo se denominaba “golpe de Estado”. Pero los ciudadanos europeos permanecemos impasibles como si con nosotros no fuera, pensando que a nosotros no nos puede pasar algo así, lo que me trae a la mente el poema de Beltolt Brecht:

Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Bertolt Brecht)